Samhain.

A nadie le resulta extraño leer o escuchar que la cultura celta fue la cuna de muchas de las supersticiones que ahora festejamos, y que fueron mimetizadas, oportunamente, a lo largo de la historia, por las diferentes religiones en su afán expansivo. Lo que igual nos sorprende más es que el hiper comercializado Halloween es tan cercano y real cómo el cambio de estación . Con matices, claro…

Los celtas constituían una amalgama heterogénea de varias tribus con un origen en común de su lengua (indoeuropeo) y con unas creencias culturales similares que se asientan en la zona centro de la península Ibérica en la II Edad del Hierro, hacia el 500 a. de c.

Los celtas tenían profundo arraigo a la naturaleza, sus cambios, la luna y sus fases y a la tierra que los alimentaba. Por eso para ellos los druidas jugaban un papel importante para descifrar las señales que la Madre Tierra les proporcionaba. La palabra druida  significa «el conocimiento del cedro» o «profundos conocimientos».

Estudiaban astronomía, los movimientos de los cuerpos celestes, el tamaño del universo y de la Tierra,  los poderes de los dioses, la vida después de la muerte y cómo el alma no perecía, si no que, después de la muerte, pasaba de un cuerpo a otro. Eran los encargados de llevar a cabo las ceremonias religiosas.

La más importante de todas era SamhainLa noche del 31 al 1 de noviembre se celebraba el fin de la cosecha, el final del verano o el comienzo de la temporada en la que la Madre Tierra dejaba de dar sus frutos. Era el comienzo del nuevo año celta, al caer la noche, se celebraba la noche de los muertos, así que los espíritus salían y rondaban por toda la tierra. Para apaciguarlos se hacían hogueras y los druidas acometían conjuros, ofrendas e incluso sacrificios. Se creía que en esta noche de los muertos, sus almas volvían para visitar a sus familiares, los que ofrecían esos frutos de las últimas recolecciones del Giamonios o mitad clara del año para recibir su protección.

Después de que los romanos conquistaran gran parte de los territorios celtas, estos influenciaron el mundo céltico con sus festivales a la diosa romana de la cosecha, Pomona. Más tarde, los cristianos calificaron las celebraciones celtas y romanas como una práctica herética, y mimetizaron sus costumbres. Como para la religión cristiana la vuelta a la vida de los muertos no es válida por motivos de fe, en su lugar, el Papa Gregorio III hacia el 741 unificó en la fecha del 1 de noviembre la festividad «de Todos los Santos» que no tenían santoral en el calendario anual.

Era común que el día antes(31 de octubre) se hiciera una vigilia que precedía a las celebraciones del 1 de noviembre y que en la cultura Inglesa se tradujo al inglés como: «All Hallow’s Eve» (en inglés:‘Vigilia de Todos los Santos’. Con el paso del tiempo su pronunciación fue cambiando primero a «All Hallowed Eve», posteriormente cambio a «All Hallow Een» para terminar en la palabra que hoy conocemos «Halloween».

En Estados Unidos, en las comunidades de inmigrantes irlandeses católicos, los niños usaban patatas, nabos o calabazas que vaciaban y cortaban con caras grotescas y ponían velas en su interior en esta fecha, para colocarlas en las puertas y ahuyentar así a los malos espíritus, haciendo referencia claramente al origen celta de la festividad, del que el pueblo irlandés es uno de sus máximos guardianes culturales en la actualidad.

Y como ahora ya sabemos de dónde venimos, queremos invitaros a todos a celebrar Samhain con nosotros. El próximo viernes 31 de octubre celebraremos el comienzo del año celta con nuestros mejores manjares. Estad atentos, habrá sorpresas…

 

foto Susana García

fuentes    El libro de las sombras (2002). Migene González Wipler edit. Llewellyn                               español 2002

Wikipedia

www.encuentrosastrologicos.com

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